viernes, noviembre 17, 2006

tran S vía

trans: (de la etimología latina) más allá


¿Quién eres en los bordes… cuando te pareces a ti?


El péndulo de la mente humana
oscila entre el sentido y el sinsentido
…y no entre lo bueno y lo malo

Carl Jung


se miró las manos con sangre, la risotada del infeliz pasó a segundo plano, la sangre en sus manos le pareció apetitosa y ahí se detuvo, en ese descubrimiento, el hambre, se miró al espejo y sorprendido se desconoció –¿quién eres?... ¿qué eres?-

miró más allá de sus manos, el cierre del pantalón a punto de estallar, “pero si no soy maricón”… dejó el agua correr rítmicamente por las manos, evitando caer en la tentación de lamerlas, soltó la corbata para darse tiempo, rehizo el nudo, perfecto otra vez, el cabello hacia atrás… pero el infeliz, con el rostro destrozado se reía de él.

encendió un pitillo, sin mirar el hombre bulto que reptaba cerca de sus zapatos, los que alejó un poco para evitar ensuciarlos con la sangre y el barro mezclados con partes de la víctima…

se pasó los dedos por la cara como en caricia, -¡un nombre, hueón, un nombre!- el surco de hombre, mugió una risa acercándose todo lo que pudo al oído del militar –¡don nadie!- … se encogió como en travesura y desvarío, musitó, un gesto brutal de risa en sangre.
se puso de pie, en gesto controlado, sacudió una pelusa de su chaqueta y le dio un golpe en el cuello en su parte derecha, el hombre tragó en seco y su lengua se desarmó a un costado, de sus ojos en blanco no se contuvo una lágrima, con su mano rodeo el cuello resbaloso, lo acercó hasta su cara y abrió su boca como para besarlo, giraba suavemente su cabeza en círculo como para ser imitado, mostrando cadenciosamente su lengua, el hombre en asfixia dejó caer su cabeza hacia atrás quedando su boca entreabierta, el uniformado mezcló sus lenguas adentrándola de su boca entre los dientes… cuando él abrió los ojos, la arrancó.

-don nadie- sonrió el uniformado frente al espejo, mientras los raso arrastraban el bulto inerte de un nadie más... un nadie menos...

cuando ella despertó en medio de la noche, abrigada por su mirada, protegida de sus manos lo besó en el borde de los labios, suaves, rosados en carne expectante… justo los bordes donde él y sólo él sabe quien es.


3 comentarios:

org@smo dijo...

El péndulo de la mente humana
oscila entre el sentido y el sinsentido
…y no entre lo bueno y lo malo

Carl Jung...

Creo que esto sucede más de una vez mientras el resentido marcha...
¿Será pués aquella la virtud de un nombre?...

Un beso y mil más...

Anónimo dijo...

metafisicamente compuesto, oscilante desencuentro, entre todo y nada
mi propio lado oscuro del corazon.


saludos

Unknown dijo...

Nadie me ha quitado nada
todo es parte
de un algo que asemeja
a un epistolario...oculto
y uno sueña con la sangre
vaya que si.
Nada me ofrece todo
y yo estoy
disuelto en esta breve permanencia
pareciendome a mi.

.con cariño y respeto L.G.