
El arte es sobre todo un estado del alma.
Marc Chagall
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Como una sombra entre las sombras de la habitación, me he trazado al borde de un abismo, un grito atrapado en la garganta se resbala por el cuello, dejándose caer ácido por los hombros, frente al impaciente y áspero blanco que se extiende consternando mis dedos famélicos.
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En los ojos cerrados la pintura bulle como rabia, a la altura del vientre, hirviendo frenética y ascendentemente, hasta vomitar desde mis dedos extendidos por los pinceles, rojo arriba, negro, negro, caigo; los latidos se agolpan en mis oídos, el rojo rompe el vacío en caída, un susurro en mi espalda, me agito en cada golpe de hálito constante y creciente, la batería estalla mi cabeza.
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Mute, un vacío eléctrico, mis manos en la nuca, los codos en las rodillas agolpadas en mi pecho… el corazón a un costado. El hambre histórica de hombre se agolpa en el tiempo innecesario, como si fuera más grande que mi cuerpo, me aborto.
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Cierro los ojos, blanco, la materia viscosa entre mis dedos emerge a borbotones entre mis piernas, designio de colores, semen y swing.
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En acecho las miradas escrutan entre mi mugre externa la marejada interna, que no se ahoga, no se vacía, gotas abismales me derraman sobre la tela que late, apago el fuego entre orines duermo arrimado en el abandono de mí, un genio atormentado en su jaula craneal, mientras sus brazos uterinos me demandan entre nanas y leche.
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En la tela se desliza mi interior, repartido cruelmente, representación de mi tiempo, tic, tac, rítmicamente tic, tac… soy un accidente vertido en el impoluto destino tensado, ahora corrupto… como las mujeres que amo.
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Soy color… tela, pincel, movimiento.
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En los ojos cerrados la pintura bulle como rabia, a la altura del vientre, hirviendo frenética y ascendentemente, hasta vomitar desde mis dedos extendidos por los pinceles, rojo arriba, negro, negro, caigo; los latidos se agolpan en mis oídos, el rojo rompe el vacío en caída, un susurro en mi espalda, me agito en cada golpe de hálito constante y creciente, la batería estalla mi cabeza.
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Mute, un vacío eléctrico, mis manos en la nuca, los codos en las rodillas agolpadas en mi pecho… el corazón a un costado. El hambre histórica de hombre se agolpa en el tiempo innecesario, como si fuera más grande que mi cuerpo, me aborto.
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Cierro los ojos, blanco, la materia viscosa entre mis dedos emerge a borbotones entre mis piernas, designio de colores, semen y swing.
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En acecho las miradas escrutan entre mi mugre externa la marejada interna, que no se ahoga, no se vacía, gotas abismales me derraman sobre la tela que late, apago el fuego entre orines duermo arrimado en el abandono de mí, un genio atormentado en su jaula craneal, mientras sus brazos uterinos me demandan entre nanas y leche.
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En la tela se desliza mi interior, repartido cruelmente, representación de mi tiempo, tic, tac, rítmicamente tic, tac… soy un accidente vertido en el impoluto destino tensado, ahora corrupto… como las mujeres que amo.
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Soy color… tela, pincel, movimiento.
Soy un hombre.
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10 comentarios:
Que oscuridad se siente, respira y saborea en el escrito.
Me siento leyendo el texto, como rodeado de sombras, de muchas cosas negras, que no necesariamente son negativas o maléficas, si no, una cosa que es contraria a la luminosidad, a lo claro, lo cierto.
Y sobretodo, debo decir que la ambigüedad es increible. Buen uso de ella para el remate.
Y de hecho, debemos decirlo con franqueza, somos un lienzo en blanco que vamos llenando siempre de colores, lineas, trazos, borrones que será evaluado por "el público" cuando exhalemos el último aliento.
Me gustó. Tiene fuerza. Y mucha.
Beijos, querida "mamá".
atte:
Paz
colega..uy esto esta como trago de liquido de la pila gastada del control remoto...
electrico y caliente ardor
slaudos colega!!!
Y un estado del alma también son los sentidos, los latires, los dedos que no ven cada forma que acarician.
¿Un estado del alma?
Cierra los ojos, sé que sientes, siendo lo que eres, déjalos cerrados un momento...
Un estado del alma?
Arte eres tú.
Regálame tu nombre.
uan vez e scuche:
serias tan mujer como para ser mi hombre?
me encantan tus blogs, últimamente he andado alejada de estos lares, tengo problemas con mi servicio de internet y bueno...aprovecho para dejarte un saludo y unas huellas de mis pasos por acá.
si puedes pasa. gracias
¿Acaso me he enamorado de un hombre?,
saludos
Jean Pierre Frederick
MUY FUERTE,SE SIENTE EL DESGARRO SOBRE LA TELA DE TU VIDA,LOGICO VINIENO DE UN DRAGON DE ACUARIO,
Para santiago paz: debo admitir que fue un ejercicio catártico, animus ha estado haciendo de las suyas. Gracias y besos, canito, hijo mío.
Para el gran circo de las sombras: oiga!... qué es eso de andar probando las pilas???... abrazo colega del terror... o con terror?... hay que hablar... creo. Un abrazo.
Para amapola: no hay objeto de arte, belleza y observación sin un testigo... y si el testigo alimenta y ostenta de belleza propia: hablamos de magia... te beso, te sé... te espero.
Para anónimo: bellas palabras... si fueras real, tal vez sabría a quién nombrar.
Para Bastián: notable cuestión, para sí, para ellos... yo estoy aprendiendo a ser... algún día tal vez pueda pertenecer: es bueno verlo en mi mundo.
Para ma. luisa fernández apan: gracias por las huellas, evidencias de mundos que extienden el mío.
Para tè la mà maria: ok, gracias por la invitación... girar y girar... siempre es divertido.
Para Jean Pierre Frederick: mmm me sonrojé: eso es femenino... o masculino???... Te beso.
Para Carlos Killian: saber dónde mirar: esa es la cuestión!... ahora yo quiero saber de quien observa... fui a su mundo y he vuelta pequeña: Gracias.
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